¿Qué entendemos por absentismo laboral? Según la Organización Internacional del Trabajo el absentismo laboral es la no asistencia al trabajo por parte de un empleado que pensaba que iba a asistir.
Este absentismo pude ser justificado y/o autorizado, como es el caso de las bajas médicas o un permiso retribuido, o no justificado y/o autorizado, por ejemplo, llegar tarde o no acudir un día al trabajo sin motivo. Pero hay otro tipo de absentismo, quizás menos estudiado pero que va cogiendo protagonismo según evoluciona la tecnología, el absentismo digital. Llamamos así al tiempo que un trabajador emplea de su jornada laboral para tareas ajenas a su puesto: llamadas de teléfono personales, consulta de redes sociales, visitas de páginas web…
El absentismo supone un coste importante para la empresa además de un perjuicio en cuanto a productividad. Para hacernos una idea, ha supuesto durante el último año unos costes directos de 5.400 millones de euros, lo que supone el 0,4 % del PIB.
¿Cómo calcular el índice de absentismo en mi empresa?
El IAL es el porcentaje entre el número de horas de ausencia de los empleados al puesto de trabajo y el número total de horas que se trabaja en la empresa. En España se ha alcanzado en los últimos años la cifra record del 5,3 % de media. Este índice sube en épocas de bonanza y baja en épocas de crisis por miedo a perder el trabajo. Este dato nos hace pensar que muchas de las ausencias son voluntarias.
¿Cómo podemos luchar contra el absentismo?
Toda ausencia tiene su causa, y conocerla es la base para reducir el absentismo, ya que es un problema que es fundamental solucionar de raíz.
Son muy variados los motivos que lo causan, algunos de ellos son: problemas de salud, ineficaces medidas de seguridad, razones de carácter familiar, ausencia de motivación, falta de satisfacción, clima laboral deteriorado, exceso de carga de trabajo, problema de integración en la empresa e incluso, la falta de supervisión por parte de la dirección.
Una de las claves para detectar los motivos es conocer la opinión de los trabajadores, ya sea a través de cuestionarios, buzón de sugerencias o convocando reuniones periódicas.
Así, una vez identificados los motivos, podemos buscar soluciones. Algunas de ellas pueden ser reducir la carga de trabajo, flexibilizar la jornada, crear un buen clima laboral y el compañerismo, implantar un sistema de incentivos.
En conclusión, el absentismo sale caro a las empresas, por eso no es suficiente con buscar una solución al problema, si no que hay que buscar la causa de raíz, analizarla y establecer medidas para evitarla o reducirla al mínimo.

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